La toxina botulínica es una neurotoxina que produce una relajación muscular importante y selectiva en los músculos tratados, mejorando el aspecto de las líneas de expresión.
La tipo A es la que usualmente se utiliza en cirugía estética, en concentraciones no tóxicas para el cuerpo humano.
El Botox es la marca mundialmente más reconocida de la toxina botulínica tipo A, una toxina muy poderosa que tiene como efecto la paralización de los músculos en forma temporal. Se utiliza con fines estéticos para evitar o disminuir la formación de arrugas, ya que al paralizar la musculatura facial superior evitamos realizar movimientos que producen surcos como los de alrededor de los ojos o en el entrecejo.
La aplicación de Botox se debe realizar por un médico especialista en Cirugía Plástica. La duración del efecto es de varios meses, y se va perdiendo en forma paulatina.

Indicaciones

La aplicación de Botox está indicada para la mejoría temporal en la apariencia de las líneas de expresión de frente, entrecejo y patas de gallo.

También puede ser aplicado para otros objetivos como el tratamiento de la sudoración excesiva (hiperhidrosis axilar o de manos), atenuar bandas cervicales anteriores o acentuar la definición del reborde mandibular (Nefertiti Lift), en casos debidamente indicados.

Contraindicaciones

• En pacientes con una conocida hipersensibilidad al medicamento (Clostridium Botullinum tipo A).
• Embarazo y lactancia.
• En caso de Miastenia gravis.

Técnica

La aplicación de Botox se realiza a través de mínimas inyecciones en distintos puntos sobre la zona a tratar.
El procedimiento es totalmente ambulatorio.

Cuidados Posteriores

• Después de la aplicación del Botox se debe evitar el sol si presenta un ligero hematoma para no producir hiperpigmentaciones en la zona tratada.
• Evitar gesticulaciones excesivas durante las primeras horas.
• Evitar acostarse durante las 4 horas siguientes a la aplicación del producto.