Problemas como la ansiedad y el estrés, son cada vez más habituales en la población debido a un estilo de vida frenético cuyas consecuencias se revelan en uno de los órganos más sensibles y extensos del cuerpo como es la piel.
Continuamente convivimos con emociones y sentimientos negativos que nos bloquean y nos alejan del estado pleno de bienestar, y esto se ve reflejado un una piel de tono apagado, con falta de luminosidad, y con una deshidratación que provoca que las arrugas se marquen más, que aparezcan enrojecimientos, picores… o incluso provocando enfermedades de la piel como dermatitis atópica, acné o psoriasis, que empeoran cuando se sufre ansiedad o estrés.
A su vez, como el estrés produce un exceso de cortisol esto puede afectar el sueño, haciendo que la piel también se vea hinchada.
Afortunadamente, somos cada vez más conscientes de la necesidad de cuidar nuestra salud mental, nuestra alimentación y la forma en la que nos relajamos para combatir el estrés, para así mantener nuestra piel cuidada y saludable.
Te proponemos algunos consejos para ayudarte a hacer precisamente eso: combatir el estrés para equilibrar el bienestar por dentro y por fuera.
Dormí lo suficiente: Tratá de dormir al menos 7-8 horas cada noche para ayudar a tu piel a recuperarse y mantenerse saludable.
Ejercitate regularmente: El ejercicio regular puede ayudar a liberar el estrés y mejorar la salud de la piel.
Mantené una dieta saludable: Una dieta rica en nutrientes es esencial. Tratá de incluir frutas y verduras frescas en tu dieta diaria.
Ingerí suficiente agua: Mantenerte hidratado/a es clave para mantener la piel saludable.
Practicá técnicas de relajación: La meditación, el yoga y la respiración profunda son excelentes maneras de reducir el estrés y mejorar la salud de la piel.
Acompañá estas prácticas saludables con un buen cuidado de la piel. Para ello, te recomendamos:
Limpiar tu piel tanto por la mañana como por la noche, con ello conseguirás mantener el equilibrio del pH de tu piel.
¡Desprendete de las células muertas! Para ello debés exfoliar la piel una vez a la semana.
Mantené el equilibrio de hidratación necesario para la salud de tu piel. Para ello, tomá mucha y agua y aplicá cosméticos hidratantes.